a sorbos,
a lagrimones,
con el corazón dormido...
con las manos que arruman tiempos entre las cenizas,
con los tobillos que acoplan letras que siempre suelen irse...
Tomar la luna,
a cuentagotas,
a estallidos serpenteantes
con la sonrisa enterrada en la arena...
con el silencio que muerde las entrañas...
con el dolor de un aullido lejano...
A mitad de la noche no entiendo,
porqué me sigo rompiendo tanto
porqué el corazón ya no sufre de insomnios,
porqué las manos y los tobillos se abrazan y se duelen,
porqué todo es tan volátil,
todo tan silencio,
todo tan ausente...
A mitad de esta hora me habla la certeza:
mañana saldrá el sol y perpetrará otra luna...
Espero estar de pie para el suceso
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