lunes, 7 de enero de 2019

REQUILORIO

Hace algún tiempo 
fui un gato,
ronroneaba angustias al frente de la noche,
caminaba en puntillas sobre la orilla del tiempo,
me bebía la vida mientras calculaba el salto,
maullaba una que otra premonición

Hace algún tiempo, 
aprendí a cazar el alma en la limonada,
aceché en la letra 
y en el track para el camino,
escalé otro árbol, 
musité otro libro
olvidé que los mapas se leen al revés
caminé en contrasentido
y me bañé de noche en un vodka sin hielo

Hace bastante tiempo 
no divagaba sobre lágrimas,
no dejaba huellas en ninguna playa,
ni jugaba con la esfera que controla el equilibrio.
Alucinaba en la promesa siguiente
y me lamía las penas en una estación de autobús

Sin sentirlo 
me fui enredando entre las burbujas,
la risa de los niños, 
el saxofonista de la calle,
la hierba de los buenos días, 
la caricia de las buenas noches
la playa, 
los mapas, 
el vodka,
la noche sin hielo,
el track en el árbol,
la orilla del salto,
la letra inconclusa.

Hubiera preferido seguir siendo un gato,
Pero nunca aprendí a caer de pie




No hay comentarios:

Publicar un comentario