Una soledad concurrida,
espacio en blanco que descansa en la playa,
silencio a contraluz,
Las orillas duermen
mientras se planea el próximo acorde
Hoy vine a ser un poco viento,
hoy vine a consentir lunas
y una que otra nimiedad,
hoy vine para dejar de contar el tiempo,
los pasos,
los nombres,
los dolores
Hoy soy yo...
Soy ahora,
en el instante que asecha mis tobillos,
en la memoria que permanece en el alma
-La vida pasa mientras escribo-
Hay que empezar a escuchar el cielo
Las palabras en juego, los sentimientos, las emociones, los miedos, el devenir de los días y las noches. Escribir con el alma, no forzar, no esclavizar: ser, dar, fluir. Ir contra corriente y también saber disfrutar la marea desde la playa. Estas líneas son mi sangre, mi impulso, mis silencios, mis ambigüedades, mis ingenuidades, mi mapa, mi ruta, mi huella, mi aporte en la coreografía que implica vivir y morir un poco cada día. Comparto con todo el amor que me impulsa a escribir.
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