Las palabras en juego, los sentimientos, las emociones, los miedos, el devenir de los días y las noches. Escribir con el alma, no forzar, no esclavizar: ser, dar, fluir. Ir contra corriente y también saber disfrutar la marea desde la playa. Estas líneas son mi sangre, mi impulso, mis silencios, mis ambigüedades, mis ingenuidades, mi mapa, mi ruta, mi huella, mi aporte en la coreografía que implica vivir y morir un poco cada día. Comparto con todo el amor que me impulsa a escribir.
martes, 8 de mayo de 2018
Encontré en el espejo
un corazón vacío de poemas,
la marca indeleble agotada en el abrazo,
la bitácora inmune a todos los recuerdos...
Desaté en el espasmo
la contención de la solitaria sombra,
la falsa libertad de un desarraigo,
las sobras de vacío en las ventanas...
Descubrí en el otoño
la caída de hojas infelices
sobre asfalto de versículos en blanco,
entre faltas, amores y veranos...
Auspicié este lunes sordo
con una agrietada sonrisa,
con unos ojos vidriosos,
y la exaltación provisoria de otra vida...
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